lunes, 17 de abril de 2017

Olas

Duele raro.
El único cuerpo no es el de la madre
En la oscura raíz del grito
Me atraganto con la tristeza
Me encojo con el miedo
Quisiera que el cielo arda de pólvora
¿Cómo mantener una ola sobre la arena?
Quisiera ser arrastrada por una ola fuerte
Casi ahogarme entre las vueltas que da mi cuerpo empujado por el agua
Rasparme con la arena y las piedrecitas
Y aterrizar agitada, extasiada de euforia en la orilla
Mientra la ola se va y se va y se va
Me seco al sol como la ropa que cuelga del ténder
Hasta que la ola vuelve y vuelve y vuelve
Y me deja bañada en bruma
Mi cuerpo moviéndose en armonía con el momento
Vuelvo a mi barrio de pronto y abandono la playa
Calor de hogar, pero mis ojos lo incendian todo
Desear es un caramelo pegado al cuello
al cuero cabelludo
a la yugular
El deseo es una alarma que no puedo desactivar
Que vuelvas o me llames
Que suene tu nombre alarma
Hay tantas posibilidades cuando una elije libre de demostrar
A mí, por ejemplo, me gustan las estrellas
Pero no cualquiera
Me gusta cuando el cielo esta hacinado de ellas
Hay tantas posibilidades y tanto tiempo para saberlas
Pero el deseo es una alarma
Y no la logro desactivar
Suena y suena
Suena ya
Me levanto raudamente al desayuno
Y te como devorándome tu presencia como una muerta de hambre
y lo soy -¿lo soy?-
Me arrasan las ganas de devorarte de modo tal que no puedo frenar
me
Te llevo puesto o mejor dicho
me llevo puesta
La voracidad me succiona, me arrastra sin que pueda elegir
y recuerdo aquella vez que el mar me sacudió contra la orilla

domingo, 2 de octubre de 2016

El Ángel

A la sombra de un árbol
ya no se quién soy
¿Y para qué tengo que ser?
No tengo ni tiempo pa´ pensar
El regreso es espiralado
como el big bang
el tiempo espiralado
Volver a armar
lo que nos quemaron
En el corazón de los cerros
se guardaron nuestros secretos
Correte más allá de lo imposible
y un día lo imposible se volverá natural
¿Cómo hacemos si no le encontramos la vuelta?
Bueno... me voy a dormir un rato y ya vamos a ver
Para que todos subamos
hemos de bajar
Tantos secretos tiene la guerra...
Se les ha conmovido el mundo.

lunes, 26 de septiembre de 2016

no ocurre

si ahora estuvieses aquí te cantaría un par de canciones que te acariciarían la cara
no sabés lo bien que canto! estoy tomando clases ahora y estoy aprendiendo un montón
si ahora estuvieses aquí, no solo mi canto te haría cosquillas, sino que mis dedos te harían remolinos en el pelo
si ahora estuvieses aquí, te miraría como mirando a un niño, con todo el amor y la ternura de quien mira al borde del temblor
si ahora estuvieses aquí, enroscaría nuestras manos, hundiría la cabeza en tu pecho, hablaríamos de las mil y una cosas, sumergiéndonos en palabras, sueños, ideales, revoluciones
si ahora estuvieses aquí, te escucharía como si cada palabra de tu voz fuese un beso profundo, te cebaría miles de mates, me dormiría en el lecho de pan que es tu abrazo
si ahora estuvieses aquí
si ocurriese
como si fuese posible
pero no estás ahora aquí
pero no estás ahora
pero no estás
qué pena

domingo, 4 de septiembre de 2016

Ya no soy los relatos que históricamente me relaté de mí misma.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Monteadentro

Me he cortao
Qué razpón que te has pegao por dio!
Dejate de joder
Ponte un gorro hijo
Bichito te va enfermar
Juira!
Ta preñada esa!
Maver
Vamo juntar piedra
Donde la han dejado anoche?
Qué changuito!
Estás descalzo por dio!
Te va enfermar!
Que cosa seria que no se quiere abrigar, che!
Me hubiera gustado tener una cámara de esas para
pero qué digo! Si ni se cómo se usa eso

¿A dónde vas?
Pero, ¿qué digo?
Tierra seca
Silencio
Gallinas
Vamos al corral
¿Que no?
Buen día
¿Dormiste bien?
Vamos amasar la tortilla
¿Querés un mate?
Azucar
Después de la nada el universo o antes
Estar solamente estar
Solo estamos en la tierra
Y lo que somos hoy mañana es foto vieja
¿Para qué quiero ser si mañana volaré?
Ya no me apropiaré de relatos oxidados

Entierro

Asistimos de luto a un entierro: el mío
Me entierro
Necesito llenarme las manos y los pies de tierra
Las piernas de tierra
El sexo, el vientre, los pechos, el pecho, la garganta, la boca, la nariz, los ojos, la frente, el cráneo.
Callarme
Llamarme a silencio
Todo lo que relato de mi misma es una manta que me tapa por las noches
por los días
¿Qué habrá debajo del abrigo?
¿Qué habrá más allá del frío?
Me entierro y nazco

A un año de la explosión
El sonido del estruendo y las ruinas quedan lejos
Ya casi no se oyen las ambulancias
Bomberos ya corrieron escombros para plantar árboles en esa parcela
A un año del estallido no hacemos ceremonias
Lo sabemos igual
A un año de la bomba me entierro
Con profundo dolor
Con profundo terror
Con furia desenjaulada
Ya no me sirven los viejos relatos
Hay ojos, como los mios, que me desconocerán
Felices del entierro
Tráigamne jazmines que son los que me gustan
No. Mejor tráiganme magnolias
de mi árbol que murió de pie
del que nunca enterré

Nos acercamos al verano lento y tercamente
Floreceremos para afuera para arriba para los costados
Por fin
Mi tumba tendrá flores
Y yo seré un pato
Que nada que camina que vuela
Tomaré flores de esta tierra
Me naceré nuevamente con retazos de ayer
Abrazaré mis relatos de con profundo dolor
Se desprenderán de mi garganta para dormir bajo el mundo
Cuando todo este frío calme
Pronto se avecina

jueves, 21 de julio de 2016

en este cumulo de nadas llenas de nadas los peces flotan muertos vacíos de aire inflados de nadas llenisimos de truncas imágenes esfumadas deseos estallados escupidos tengo una mandíbula molotov que arde incendio comprime hasta el último hueso y quiebra los dientes calavera quebrada tengo un engranaje que cruje sin aceite cuando abre deja pasar la corriente inmensa que se aloja secreta en las profundidades grita callada me llaman tengo el veneno en la vista me armo y trago ácido en el cuello me llaman a comer ya no me entra nada por tanto tiempo tuve ese apetito de comer lo que nunca vino que ahora ya estoy llena de hambre ay

Soy la hija de la madre que fui

Antes de que pase lo que pasó
Escribí: "esto es la antesala de un parto"
No hablaba de esa muerte
Estaba a punto de parir unas historias
Pero la muerte aquella me robó las cachorras con sus letras
Ocupó el centro del escenario
Y fue entonces ella la parida
Antes de saber lo que iba a pasar
Antes de saber nada
Me tomaron unas fotos
Si hubiera sabido tan solo que eran mis últimos minutos
Uno nunca sabe lo que le esperará luego de esos instantes congelados
Después de todo, toda foto
tarde o temprano
es una foto de muerte
Me veo en la imagen detenida y bañada en la enfermedad
Antes de la muerte, cuando pensaba que iba a parir unos ingenuos cuentos
Antes, cuando me tomaron fotos en casa con el pelo despeinado y atado
Pensaba que estaba antes de algo muy bueno, o eso escribí
Y también tiré unos poemas
Los tiré para exorcisar y pensar que ya estaba lejos de la enfermedad
Que ya no iba a tocar mi puerta, por lo menos por un tiempo
Que la muerte estaba lejos
Pero no
Semanas mas tarde tocaron el timbre, y estaba cerca
Entonces, después de las fotos tomadas en esos instantes de felicidad
Y después de la antesala del parto
Indefectiblemente
Efectivamente
Sin dudas ni alegrías
Me morí finalmente morí
Para poder entonces hacerlo:
Parí
Fuerte dolorida alto
Durante mucho tiempo y aún
Parí
Fuerte
Grande
Intenso
Profundo
Parí
Morí
Parí
Morí
Parí
Me morí
Me parí
En un instante y consecutivamente

jueves, 23 de junio de 2016

Cinco minutos

A mi pichón yo lo cuidaba como oro. Lo cuidaba como bebé. Lo cuidaba como desharropado. Lo cuidaba como madre. Lo cuidaba como marginado. Lo cuidaba como frágil. Lo cuidaba como sorda. Lo cuidaba como piedad. Lo cuidaba como pichón. Le daba de comer todos los días su comida de bolitas marrones con olor a escremento. Le llenaba pocillo con agua. Y el pocillo lo había hecho yo en el taller de alfarería, con amor revalsante y para él. Todo para él. Mi pichón. Lo cuidaba más que a mí, y mientras lo cuidaba me ensordecía para no escucharme. Mi pichón, tan lindo lindo, que nunca me dejaba sola, me estaba dejando sorda. Trinaba como altoparlante todos los días y noches. Yo no quería entender. Picaba mis manos cada vez que le daba de comer, y ya no me miraba a los ojos como antes.
Un día el pichón fue gorrión. Creció junto a mí. Yo también crecí. Me compré un piano, una biblioteca gigante, y me construí un ventanal que daba directo al parque. Tuve que mover la jaula que estaba en la esquina, porque ahí era el único lugar en donde entraba mi nuevo instrumento. A él eso no le gustó. Trinaba cada día de modo más irritante. De todos modos, yo toleraba todo de él y su trinar me acompañaba, porque era mejor escucharlo, de cualquier modo, que su silencio. Pensaba que si estaba al lado del ventanal, se iba a sentir mejor y ya no sufriría así, entonces lo puse de cara al parque esperando que el verde calme su alma.
El domingo al mediodía no trinó. Fui a darle su almuerzo y me besó la mano. Lo acaricié. Le dije: "Yo estoy acá y voy a hacer todo para que te sientas mejor." Lo miré y sentí que sus ojitos me decían que me amaban y yo le devolví la misma mirada. Me dí vuelta y fui a buscarle el agua. "Ahora te voy a dar un poco de aguita, pichoncito de mamá." Sus ojos decían que me amaba, y así era. Sus ojos también estaban llorando. Lo ví pero no lo miré. Lo miré pero lo quise creer.
El ventanal estaba abierto de par en par y el final es obvio, trillado y esperado. Me dí vuelta. No estaba ¿Cómo me pude olvidar de que iba a enterarse que es más fácil estar lejos que encerrado?
Sus ojitos lloraban de despedida y me amaban profundamente, mientras volaba y gritaba algarabías de alivio. Mis ojos también. Pero el alivio vino mucho tiempo después. Y ese instante fue de tal fatal pesadumbre que, aunque lo hubiera querido, no hubiera podido salir a volar para alcanzarlo.
La noche del domingo fue una agonía de silencio. Y la mañana del lunes un baldazo de la misma noticia. Una y otra vez. Y así, Muchos días que fueron años. Muchos minutos que fueron semanas.
En ese instante fatal de su vuelo, esos minutos de silencio, esos minutos en donde ví el espacio vacío, esa conciencia de que "de aquí en más nada será igual", ese instante de fin; ahí, ahí mismo fue. Crecí en cinco minutos. En cinco balazos. Se me vació ese rincón enjaulado, en donde no se bien quién de los dos era el enjaulado. Se me vació ese rincón enjaulado, trinante y bebé. Ese rincón que no sé si estuvo lleno alguna vez. En cinco minutos. La muerte esfuma en un segundo al muerto.

jueves, 2 de junio de 2016

La culpa no es de una

Yo, que soy de las que se hacen cargo
Necesité horas que fueron días
Y meses que fueron minutos
Y el estómago habló las palabras
Yo, que soy de las que son todo lo que recuerdan
Y vos, que sos de los que son todo lo que han olvidado
Contanos, ¿cómo es callar?
Vos, que podés callarlo
Yo, que nunca supe cómo entraste
Sé como te fuiste
Ahora lo sé
Sólo ahora
Pero en verdad
tampoco me creas tanto
tampoco me tomes tan en serio
Yo, que supe cómo entraste
No tengo idea como te fuiste
Más lo primero que lo segundo
Más lo segundo que lo primero
Y viceversa
Yo, que tengo bolsones de otros
Siento que la sangre se me vuelve veneno deseándote
Cuando te miro con voracidad se me desquicia el presente
Y esta cartografía de la deriva no encuentra ruta a tu banquete
Miro la brújula inútil que se pregunta para qué le insisto
y me pregunto:
¿Qué devoro tan vorazmente cuando te devoro?
¿De dónde viene este hambre acumulada cuando te acumulo?
¿En qué cuna te encierro entre barrotes cuando te acuno?
Yo, que soy de las que se hacen cargo
Paso por encima de mí y te complazco con mi boca
con mis respuestas
con mis ojos desparejos: con el más grande, con el más chico también
Te siento podrido y te resiento
Y en este resentimiento
Me hago cargo
De todo
¡Qué pena!
Pero se te acabó la farra
Me dí cuenta
Necesité horas que fueron días
Y días que fueron horas
Necesité que te vayas.
Necesité que te vayas, no lo sabía no lo quería
La jaula era tan grande que era como sí voláramos
Necesité que te vayas
Pero se acabó la farra y empieza la cosa en serio
Yo, que ya no me hago cargo de cualquier daga que dispares
Empiezo a sentir que la sangre se me vuelve hambre a cada año del minuto
Yo, bolsones de otros
Vos, bolsones de otros
Cúmulos de nadies
Caras y nombres como recipientes
Yo, que me pregunto: ¿a qué me abrazo tan fuerte cuando te abrazo?

lunes, 23 de mayo de 2016

Kamikase

Tengo la cabeza partida
A la mitad, en cuartos, en infinitas astillas
Tengo la cabeza atravezada por un dardo
en el centro de la frente, en el centro de la ventana, en el centro del futuro
Tus palabras como flechas me dieron en el centro
Y lejos de dejarme estaqueada en la tierra
me propulsaron al océano
Tengo la cabeza que me la rompiste con tu hacha
Ahora hablamos por miradas
Me veo en el reflejo de tus ojos y me consumo y expando a la vez
No se que es lo que pensás en este momento
Pero me miras y hay algo de mí que te sorprende
Me decís algo que no llego a comprender y pienso que sos un chocolate
Quisiera ser como los poetas que en dos palabras te balean
Pero no leo tanto
Ni tampoco escribo tan seguido últimamente
Qué pena
Fui muy feliz y me zambullí
No lo pude evitar y mi cabeza estalló por los aires
Estaba muy distraída como para darme cuenta
Y no hice tiempo a recoger todos los pedazos
Me suicidé sin notarlo
Me tiré de un séptimo piso para volar
Ahora ya es tarde
El tiempo pasa y ya no estamos en el mismo lugar ni hay tan poco aire entre nuestros cuerpos
Ahora las avenidas y los semáforos nos perdieron y ya no encuentro lo retazos de mi frente
Ahora ya es tarde para todo lo que me están advirtiendo los policías del cariño
Tengo la cabeza estallada por una molotov
Tarde. Perdí. Caí.
Es tan fácil tirarse cuando estás del otro lado para recibirme.
Pero cuando llegué
Qué pena
No estabas.

jueves, 5 de mayo de 2016

Croquis

Todos celebramos algún entierro
Los guerreros vuelven en forma de mariposas
Pero ahora ya paso el tiempo y la matamorfosis de la oruga cayo en picada muerta
Perdimos la dimensión heroica de la vida
Un sentido por que morir
Un fin elevadísimo
El mundo desencantado y las cosas sin su magia
Un lastimoso bienestar
Un angostamiento que nos aplana
Nos autoabsorvemos en un silencio asfixiante
Contanos cómo es callar
Vos que pudiste callarlo
Nos desvanecemos y
Cómo no gritarlo

Hoy nos volvimos a ver. Hola. Te escribo esto por vos y por mí. Para que sepas y para saber yo. Creo que esta constante inconstancia nunca desaparecerá. Avanzaré y retrocederé  infinitamente hasta tu abrazo porque se, me enrollarás en tus brazos y mi cuerpo tan pequeño podría ser aplastado. Serás tan fuerte y contra tu pecho la dulce asfixia. La palma de tu mano en la cúspide de mi cabeza, me entierras en la tierra, me hundes en lo hondo. Hola. Vuelvo a vos, no se. Se podés también amplificarme. Pero con la posibilidad sola ya no alcanza. Me enferma. Me agota. Ya está, se acabó. Estamos viejos ya y yo estoy vieja, cansada de esto. No se si habrá alguna salida. Pero, ¿cómo no gritarlo? ¿Me querés ver llorar? ¿Porqué no te podré decir adiós? Abracadabra.

sábado, 26 de marzo de 2016

Amorcito mío, corazón de mamá, mi bebé, mi canción de cuna, mi negrito lindo. Quiero que sepas que nunca dejo de pensar en vos. Es solo que no se cómo irte a buscar, no encuentro el camino, y sin mi corazón, yo soy solo una muñeca de trapo. Acá, en la casa en donde vivo, hay cuatro paredes y una sola ventana en la que veo un farol blanco y redondo, y entonces, todas las noches es luna llena.. Nos dejan salir al parque una vez al día. Hay un árbol gigante y lleno de pájaros. Los estamos entrenando con las chicas, capaz algún día sean mensajeros de nuestras gargantas. Me da mucha bronca esta suerte, esta mala. La impotencia no podría medirse y la lucha contra la frustración es agotadora. Te gritaría desde la rendija todo lo que te necesito, pero acá nos colocan en horcas los cantos. Cada día se hace más difícil la resistencia, pero mientras sigas allí, del otro lado de mí, en lo profundo y libre de mí, alguna esperanza quedará. Para volverte a ver, para tenerte en mí. Amorcito mío, corazón de mamá, mi bebé, mi canción de cuna, mi negrito ¿Cómo recuperarte? Te prometo, y espero cumplir, que cuando salga de esta casa en la que me sumergí o sumergieron, nos volveremos a encontrar, nos uniremos fusionando pechos. Te mando mis lágrimas y besos en este papel viejo.
Te besaré con hambre atrasada, con hambre acumulada, con hambre de hambruna, con hambre rabiosa, con hambre injusta, con hambre pero sin devorarte. No me dejes, por favor, no me dejes devorarte. No te quiero asustar. No te quiero devorar. Pero  con esta hambre que se apila  en dunas... cómo hacer para verte y no querer arrojarme como muerta de hambre a tu cuello. Y asustarte inevitablemente alejarte y encerrarme en esta casa con una ventana y cuatro paredes. Otra vez.

lunes, 22 de febrero de 2016

Lo que ocurre necesariamente, lo que se repite todos los días, es mudo.
Solo la casualidad nos habla. tratamos de leer en ella
No es la necesidad sino la casualidad la que está llena de encantos
Las casualidades deben volar hacia el amor desde el primer instante
Los pájaros de la casualidad volando hacia mis hombros
Los marinos del alma salen corriendo a la cubierta del cuerpo.

Atesora este momento
Rayo de luna
Inmensidad
No le den mente
Que sirva como puente
Puente hermoso puente
Que sirva de puente
El aire fresco de lo nuevo
Un árbol que llueve flores
Los poemas que ya no respiro
Los poemas que no dejé respirar
guardados en el hueco de la tierra no los verás estallar
Y ese cuerpo suspiro
Es hermoso como una canción de cuna
Voy hacia un vacío maravilloso
Haca una lejanía anhelada
El amor es un combate
Combatiré todo lo que sea necesario hasta el final
Y aquí, sabemos, se abre la grieta
¿Qué el amor es un combate?
No tengo el menor deseo de combatir
No era capaz de recuperarme de la melancolía
Hasta que fui capaz
Rayo de luna
No le doy mente y es un puente
El árbol me llueve miles de flores
Y como floral pienso ahora lejos que no pienso combatir por todo
Mas sí: por esta canción de cuna, hermoso como canción de cuna
Mas sí: para dejar de respirar el mismo aire que me asfixia

boceto para la nada

Los sueños se agotan y se renuevan constantemente
El deseo cesa
Y crece
Pronto te veo y comienzo a temblar como una luna en el agua
Tengo la boca llena de flores o peces y siento esta muerte tan bella
Me quedo en esta tierra porque quizás
si me acerco mucho al sol
mis sueños se pueden quemar y desvanecer
Ya verás
Llorarás lágrimas de sangre
He llegado a oir el sonido de sus tripas
o eran las mías?
Aquel que no piensa en su cuerpo se convierte más fácilmente en su víctima
Lo lees?
Los dos temblábamos de frío
Y vos eras la personificación de la casualidad absoluta
También podría haber sido de otro modo
Solo lo necesario tiene peso y lo que tiene peso vale
La melancolía es insoportablemente hermosa
Insoportablemente definitiva la partida
La vida es un boceto para la nada
Esa nada en la que te encuentro y temblamos de frío o era algo más
En la que oigo tus tripas o las mías y me desvanezco en tu boca de flores o peces
O era mía o el espacio mínimo entre nuestros labios
Entonces llega ese instante fatal que es tu nombre
Ese instante fatal de tu nombre
Leo gotas de agua sobre el luto
El alma estará en las profundidades de las entrañas, pienso
El alma estaba en algún lugar del estómago o del páncreas
Estaba purgando para salir por las venas arterias poros
purgando para mostrársela
Te quiero decir que dejé la maleta momentáneamente en la estación
Está ahí como resguardo, hasta asegurarme de que sí y entonces la iré a buscar como si estuviera yendo a buscar mi vida entera, que es lo que hay allí dentro en verdad
La iré a buscar a donde está retenida por unos momentos y te la ofreceré, como te ofreceré mi vida entera
lamentablemente.

Amarillo de muerte

Reventó de rabia: tenía un río de sangre en las venas
Palabras pasadas por agua como el huevo
¿Te aturde lo intenso de mis pensamientos?
Ya ni sé qué es lo que estoy llorando
Perdí la cuenta del luto
Voy a reventar de rabia
Tengo un río que hierve en las arterias
Al enemigo
ni perdón
ni justicia
ni piedad
ni tolerancia
ni esperanza
ni alegría
Ya ni se que estoy duelando
Confundite
A tu derecha el abismo
Al enemigo ni justicia
No quiero oir de tu boca un solo arrepentimiento
Más te vale no te arrepientas
Entre tu voz y tu retracción
pasarán muchas muertes
Un río de lágrimas
Un torbellino un sacudón una herida imparable un dolor tremendo
¿Vos las devolverás al oxígeno?
No, claro que no
Para que lo registres todo en tu cuadernito
rojo
rojo
sangre que te estalle
las venas me estallan de rojo
de tu cuadernito
de rabia
de impiadoso
de amarillo
amarillo de muerte
tu cuaderno lleno de muerte
rojo muerte
rojo sangre
rojo hambre
tu cuerpo es hambre.
Se acabó y no estábamos contentos
No había forma de estarlo
Y lo que llamamos amarnos fue quizás un espejo terrible en donde yo estaba parada adelante tuyo, desnuda y con un bolso amarillo colgando del hombro. Y vos con tu maldito tobillo roto. La arena nos golpeaba con la fuerte brisa del desierto de nuestros fracasos  y en una bola de anhelos intentos ilusiones y frustraciones gritaban cangrejos que avisaban una despedida inevitable, una renuncia, suero para seguir. De todos modos la ceguera no dejó haberlo dicho en su momento que, a su vez, convengamos una cosa: era difícil precisar el preciso momento, tomar conciencia de una cosa u otra. Ahora te abrazo o te aniquilo-por fin te aniquilo- en esta concreción de nebulosa en la que te convertiste a penas cruzaste el bordó
o quizás ya lo eras desde hace mucho tiempo antes.


domingo, 21 de febrero de 2016

1 de enero, viernes


Que este año me sea dado vivir en mí y no fantasear ni ser otras, que me sea dado ponerme buena y no buscar lo imposible sino la magia y extrañeza de este mundo que habito. Que me sean dados los deseos de vivir y conocer el mundo. Que me sea dado el interesarme por este mundo.


pizarnik, propósito del año

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Las palabras son unas prostitutas

Luna de papel y esta muerte que está de moda
Todavía te escucho decir algunas cosas
¿Cuánto dura una hora?
Un río infinito o interminable
Amaga con secarse pero rebalsa
Trae con el desagüe mugre estancada
Vidrios hierros escarcha oxidada nieve negra
Impacto
Las palabras son unas prostitutas
o el amor antes de que me olvide
crea monstruos

El tiempo huye y el barrio de Almagro llora mi infancia
Son imágenes de verano y una sola inundación
Está mi tía y juntas nos bañamos en acrílico
Está la casa vieja y desde el balcón enrejado se ve
a la vuelta de la esquina:
La murga de febrero
El mural de Perón y Evita
Una peluquería
Una escuela
Un barcito pingüino
Nos arrasa entonces una condena al vacío lleno de vacío
Al vacío que llenaré con exceso llenaré con exceso el vacío de los tiempos
Este mundo un laberinto y esta duda que es casi metódica

¡Qué suerte tan inconstante!
Estoy llegando tarde
Siempre llego tarde
-Miráme, ahora que es tarde, porque después siempre es tarde-
Sueño incluso que llego tarde
Sueño que no llego
¿Qué te puedo decir ya?
Nada.
Siempre te amé incluso cuando no te amaba
Pensé que todo estaba en silencio hasta que se hizo el silencio
                                                                                     de la voz alta y la voz alta del silencio
Una luz cruda y cinco de diez metros de fracaso son testigos de mí
Sean testigos de mí
De este punto y aparte y de este punto final.

Miráme
Miráme que me saboreo con tu mirada nueva de chocolate derretido en esos labios y lengua
Miráme desvanecer
Miráme que es casi un orgasmo
Miráme cómo mi cuerpo se desvanece se descompensa

Lo que quiero decir escapa al lenguaje
es decir digo que amo los poemas que brotan
A veces miro y veo: un viejo ciervo con pena vieja
Amo los poemas que brotan como brotes de soja
Como flores
Como la sangre y esa risa nueva

Este remanso cómodo y absorbente que es la celebración de la nostalgia
envejece
también cuando te encontrás tomando un café solo en un bar
también cuando el primer amor te dice adiós para siempre
también cuando te dicen que estás grande para hacer tonterías
también allí se envejece
Y la ternura demora demasiado en regresar
Entonces, se aloja en este cuerpo hastiado, pasito a pasito,
un odio inédito y arrasador por el mundo y esta suerte
¡tan inconstante!
A saber: no es la verdad lo que cuenta sino la falta

Miráme
          en este orgasmo te abrazo en el arte casi perdido de no hacer nada
Entre tu generación y la mía han pasado tantas canciones
Los sentidos se han caído como las hojas del otoño y
si no queda más remedio
los barrenderos barren las palabras perforadas por balas perdidas
Dios nos libre y nos guarde de la angustia de la permanente desintegración
El amor antes de que me olvide.
Esta complicación por un caño roto y el número del plomero que no existe
vale la-pena
la
pena
Insisto con la pena

Luna de papel y la muerte que está acá cerca baila
Luna nueva como chocolate de caramelos
Que se derrita en tu boca libre
Tres de diez metros de fracaso son testigos de mí -cada vez falta menos-
¿Cuánto durará?

domingo, 22 de noviembre de 2015

Se me parte el corazón. Trataré de no alojarme en la melancolía, porque si pienso que todo pasado es mejor, me acerco a mi enemigo, el retrógrado conservador, que hoy ganó la batalla. Pero no la guerra. No la guerra.

Lloro por vos, Argentina: hoy es tu día de derrota. Para quienes te abrazamos con el alma, a vos, a tu historia y a todo tu pueblo de tierra: hoy es tu día de derrota. Saludamos al vencedor porque, ante todo, la democracia; pero jamás le daremos la mano amistosa y hermana. Estos años fueron una tregua. Una primavera que ahora, consigue hospedaje en nuestro umbral de la melancolía, con su esquina rota a su lado. Ah! Pero nadie podrá quitarnos -aún aunque nos arranquen (casi) todas las flores- este tiempo precioso que fuimos dichosos de vivir. Se avecinan tiempos difíciles. Podría decirte que la última en arrodillarse es la esperanza, pero no. Ya sabemos cómo son las cosas, querida tierra mía: hay quienes nunca cederán su pan y su casa a los desarropados del mundo. Y no nos basta con que pidan y prometan por educación, seguridad, fin de la pobreza y demás. Porque sabemos, la educación, la seguridad y el fin de la pobreza, bueno, no es igual allí que acá.
Bienvenida derrota, fue una hermosa primavera de logros. Hoy volvemos a lo mismo de siempre, aunque hay margaritas que no nos quitaran ni de la memoria ni del alma ni de la patria ni de esta tierra amada, este pueblo querido que, dios quiera, hoy no vuelva a estar ultrajado desahuciado y sin abrigo. Cuando la marioneta la manejan aquellos que festejan en cócteles de mercado, nuestro espacio público tiembla de miedo. Es la misma piedra con la que tropezamos. La misma indignación.
Ahora solo nos queda esperar a que, por lo menos, esta vez no te bajen tanto tanto los pantalones. Que no te pongan otra vez rodilla al suelo, que no te ultrajen tan así, que no te engañen diciéndote que te están haciendo el amor, mientras te violan deshilachándose el telar hermanado; que no te vendan como fruta pasada, que no te desprecien así, tanto tanto tanto.
Porque a pesar de que no se den cuenta, así como nunca se vuelve al primer amor, nada se repite como la primera vez. Aquí esta tregua primaveral cosechó campos abrazados en un lazo inseparable a la tierra. No somos los de antes. No podemos serlo.
Algo tendrán que haber aprendido, algo tendrán que haber comprendido. No se puede caer otra vez tan tonta y cruelmente en el mismo pozo ciego. No todos caen. Quizás no sea cuestión de aprender nada.
Temo por tu gente. Por las noches oiré los llantos de tus desamparados, ahogados, desabrigados, hambrientos, envueltos en tierra y desolación. Violentos por haber sido violentados.
Sin embargo, claro, te quiero te quiero que por todo y a pesar de todo, mi amor, yo quiero vivir en vos.


lunes, 28 de septiembre de 2015

Mamá no me comas, yo no soy tu cena.

En la escuela me habían enseñado que cuando dolía la panza, el oído, la garganta o lo que sea, había que, luego de advertirle al maestro, salir del aula atravezando ese umbral de la puerta que divide la libertad de las cadenas. Y luego de respirar aire fresco de pasillo, descender por las escaleras eternas y gigantescas, para llegar al patio. Desierto de marmol blanco y caminarlo hasta el fondo en donde mujeres de caderas prominentes, vestidas de blanco y cofias, te mirarán con caras maternales y hambrientas, como lobas deseantes de devorar a sus cachorros tiernos y carnosos. Y una vez alcanzado el destino, pedir el tan ansiado elíxir que curará el mal que aqueja. Un te hirbiendo y dulce hasta el empalago, que quemará lenguas mas curará todo todito malestar.

Una patada en la boca del estómago recibí después de las palabras que mi maestro pronunció hacia mis ojos. Sus consonantes impactaron de tal modo en mi abdomen que destruyeron mis tripas.
Ahora solo puedo tomar té.
O por lo menos eso me dijeron en la escuela. Que vaya a pedirme un té a la cocina.

¿Un té? ¿Me está curando sus palabras con un té, profesor? Humildemente quisiera saber porqué me escupió de esa forma esta catarata de vómito que me encontró casualmente bocabierta y, como si fuera un intercambio de fluidos, su ácido ingresó directamente y sin escalas a mi boca. Siento como si fuera ahora como es que atravieza mis labios, pudre mis dientes y, luego de que mi lengua saboree su dulce sabor a desayuno de tostadas y café, se deja caer -usted y sus sentencias-  como agua que revalsa del dique, quemando mi garganta. La quemó tanto que tuve que salir del aula, atravezar el umbral, bajar las escaleras, patinar el desierto de mármol, dejarme devorar por las madres. Recibí entonces, mi té: caliente como mi garganta. Su dulzura no alcanza ni consuela. El agua sucia solo incendia más aún, allí donde creo que es imposible. Me vuelvo laba volcánica.

Entonces sucedió: me fui en sangre. Es tan solo todo lo que pude hacer y pido perdón si fue un invierno en primavera. Contenía un río de sangre en las venas y estallé. Su té, profesor, no pudo colmar mis rutas vacías. La sangre es roja. Su agua sucia.
Me fui en sangre. Me exploté en agua. Me pregunto porqué calló y cuántas cosas dirá su silencio. Será que siempre es demasiado tarde. La toma de conciencia de algo conlleva consigo ese algo que ya pasó. El presente es opaco frente a este pasado transparente.

Ahora me voy de su clase. Ya tocó el timbre. Espero tener buen viaje en el placer hacia mi remanso en donde jamás a nadie se le ocurre vomitar patadas en el estómago, ni destruir víseras, ni quemar gargantas, ni ofrecer tés de agua sucia para curar la sequía sengrienta de esta explosión hidráulica.

viernes, 25 de septiembre de 2015

La vida en movimiento percibida a los cuatro años y medio.

Yo: Juli, quedate sentada y no bailes si te duele mucho.
Alumna: Nati, ¿sabes porque me duelen los tobillos y las rodillas?
Yo: No... ¿Por qué? ¿Te lastimaste?
Alumna: ¡No! ¡Porque estoy creciendo! ¡De verdad!